La Madrid-Segovia, una carrera con una palabra que la define: Familia

Crónica

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Transcurridos ya quince años, recordamos con cariño y ternura esas primeras ediciones llenas de pasión, entusiasmo e incertidumbre. Por entonces únicamente soñábamos con unir Madrid y Segovia recorriendo una senda que atraviesa lo más bonito, histórico, cultural y épico que se puede imaginar, los propios límites de tu mente y cuerpo.

Peregrinar sin despegar los pies del suelo, transitando por Vías Pecuarias, Camino de Santiago, Parques Nacionales y Regionales, Castillos Medievales, Calzadas Romanas y finalmente un Acueducto Romano… difícil imaginar tantos ingredientes en el mismo evento. La Madrid-Segovia nos regala todo esto y mucho más.

El devenir de nuestros sueños ha gestado dos “hermanas” que en ningún caso son, ni más pequeñas, ni menores. “El Maratón del Castillo” y “Madrid-Cercedilla”, ambas reúnen la esencia y conservan el mismo espíritu que la propia Madrid-Segovia.  

Tenemos el privilegio te de tener una meta única y singular, porque culminarás tu hazaña, escrutado por los 1.800 años de antigüedad y los 167 “ojos” de los arcos del Acueducto de Segovia. ¿Se puede pedir más?

En estos años han pasado muchas cosas, hemos aprendido de nuestros errores y aciertos. Pero sobre todo hemos compartido emociones con más de 5.000 aventureros que han medido su capacidad física y mental saliendo a la conquista del acueducto. Que lo hayan conseguido o no es un detalle de poca importancia. Lo cierto es que el verdadero éxito es estar en el arco de salida. 

Durante esta travesía de los 100km, ¡puede pasar de todo! Y lo mejor que te puede pasar, es que no te pase nada. 

Somos únicos, porque no hay otra carrera que se haga rodeado de compañeros de aventura. Hay momentos en que te quedas asolas con tus pensamientos y tus dolencias otros en que compartes el camino con los amigos de siempre o con desconocidos que pronto se volverán amigos, porque la Madrid-Segovia une, atrae, cautiva y enriquece.

Una experiencia difícilmente explicable.

        

 

Si tuviéramos que definir con una sola palabra la Madrid-Segovia, seguramente cada uno elegiría la suya y todas serían válidas.

Para nosotros, después de tantos años, diríamos que la palabra que mejor define la Madrid-Segovia es FAMILIA.

FAMILIA, como el tiempo infinito que le hurtas a los tuyos para entrenar;

FAMILIA, ese sentimiento de “pertenencia” que se respira en el arco de salida y en la meta;

FAMILIA, porque en carrera todas las caras son familiares, incluyendo las de aquellos que la corren por primera vez.

FAMILIA, que al “hurto” de su tiempo, responde con apoyo, abrazos y ánimos en la meta.

   

Hoy somos más sabios, tenemos más experiencia, una mascota, un equipaje lleno de mil recuerdos y batallas que contar. El 21 de septiembre escribimos un capítulo más de este libro de aventuras. 

Cansados, doloridos y felices solo tendremos un pensamiento: ya queda menos para la siguiente magovia.

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