Este domingo 7 de mayo se disputó la primera edición del Trail Mina de la Plata en la localidad de Bustarviejo.
Desde la Asociación Española de Trail Running vivimos la carrera desde dos puntos de vista, con la organización y también corriendo y evaluando la distancia larga de 18k y 850D+. Estos son dos aspectos fundamentales para darnos cuenta de todo lo que hay detrás de una carrera para que cualquier persona pueda disfrutar de un gran evento y pasarlo bien. Cuando este tipo de eventos se viven desde dentro, con la organización, se ve todo lo que hay detrás incluso antes de poder realizarlo, me refiero a tema de permisos administrativos, protección civil, compuesto por 10 personas, distribuidos en 2 equipos durante el recorrido y 1 más en meta, colaboradores, voluntarios, cronometraje, fotógrafos, trazado descargable con track, etc… una infinidad de parámetros a tener en cuenta para que todo salga como tiene que salir, espectacularmente bien.
Aquí tengo que hacer una mención especial a toda una legión de voluntarios, un total de 50 personas que lo dieron todo para contribuir a la causa, desde el primero hasta el último hicieron todo con una gran sonrisa y eso denota y dice mucho a la organización y de cómo se volcó el pueblo de Bustarviejo en la carrera, que entre voluntarios, organización y corredores no sé si quedaría algún habitante sin hacer nada. A día de hoy que una sociedad se vuelque de esa manera en una actividad deportiva me alegra muchísimo y me llena de esperanza, algo se está haciendo bien sin duda.
Iniciamos con la bolsa de corredor, que nos dieron al recoger nuestro dorsal, minutos antes de iniciarse la carrera. Muy correcta, en la que una mochila rotulada con el nombre de la carrera nos encontramos una gorra también con el mismo rotulo, un complemento alimenticio en forma de gel de Silicmag, un gel balsámico de Climbskin, una evaluación corporal gratuita y descuento por parte de Fitnutritionteam y un folleto informativo de runrun.
En cuanto al Trail de la Mina tuvo dos distancias, una de 11,5k y 450D+ y otra de 18 y 850D+
Las dos distancias muy disfrutonas recorriendo estos maravillosos parajes madrileños.
Entre las dos distancias se cumplieron el número máximo de dorsales permitidos por medio ambiente que fueron 200, 130 para la distancia larga y 70 para la corta.
Los recorridos transcurrieron por diferentes terrenos, pasando por pista, piedra, tierra, en momentos cómodos y muy corribles y otros tramos técnicos tanto en subidas como en bajadas, pero todo perfectamente limpio y balizado sin dar cabida al error para seguir el trazado, además en cada sitio que permitiera un mínimo de duda estaba marcado con una flecha (con spray biodegradable) en el terreno y además allí estaban un par de voluntarios como mínimo para indicarte el camino correcto sin dejar de dar ánimo a todos los corredores y corredoras. Esto nos permitía seguir el trayecto a los corredores sin salirnos del sendero y pisar monte abierto, cuidándolo para poder disfrutarlo durante mucho tiempo.
Entrando en profundidad en la prueba, se dio la salida conjunta de las dos distancias en la plaza del pueblo, tras un breve pero importante briefing para aspectos a tener en cuenta a los corredores. Los primeros kilómetros de subida ligera por sendero de anchura muy adecuada al número de corredores, parair calentado motores, excepto para las liebres, que salieron a fuego.
Al llegar al primer avituallamiento y primer punto de control de chip pasado el km 5 con solo líquido, se empieza a subir sin descanso hasta aproximadamente el km 9 pasando por un sitio emblemático como es la torre de la mina, sin duda la parte más dura de la carrera ya que es una “pared” de piedra suelta, pero a su vez de las más bonitas. Justo pasado la torre, segundo control de chip y la organización dispuso de un gran avituallamiento completo, en el que pudimos elegir entre agua, bebida isotónica, plátano, naranja, manzana, membrillo y geles de dos tipos. Una vez coronado, más o menos un kilómetro después del segundo avituallamiento, el trayecto nos dio un respiro, otro kilómetro de llaneo, para afrontar la última parte de la subida hasta coronar Mondalindo en el km 12,5 y una espectacular bajada técnica, rápida y muy divertida. En un tramo fácil de la bajada se encontraba el tercer y último avituallamiento líquido aproximadamente en el km 14,5.
La entrada en meta espectacular dio un gran final a este eventazo con un avituallamiento completísimo, todo un equipo de Fisioterapeutas que pudieron ayudar a una multitud de corredores y corredoras con algunas dolencias típicas y que gracias a estos profesionales pudieron disfrutar de una gran comida para todos los participantes como broche de oro.
Un buen detalle que yo personalmente valoro mucho y tengo en cuenta, es que en cada avituallamiento incluyendo el de meta, a nadie se le niega nada de lo que hay, siempre con una sonrisa todo el mundo te pone a tu disposición lo que necesites de comer y beber, sin peros, sin restricciones.
Otro detallazo de la organización es que las fotos de la carrera son totalmente gratis desde este enlace. y por supuesto la medalla Finisher.
Yo creo que no se puede pedir más: buena carrera, entorno espectacular, buena organización, ambiente magnífico, buenos avituallamientos, fisios, fotos, comida, reencuentro con amigos, nuevas amistades, etc..
Desde este humilde corredor y como colaborador de la Asociación Española de Trail Running, quiero dar la enhorabuena a todos los corredores y todas las corredoras que participaron, a los pódiums, a la organización y a los voluntarios, que sin todos ellos nada de esto habría podido hacerse realidad. En especial también quiero destacar a Javier Ortega, su labor y su empeño, a la par que su amabilidad denota lo buena persona que es y un apasionado del deporte que lo da todo.
El trail de la mina sin duda se ha ganado a pulso formar parte de nuestra sección de carreras recomendadas y deseamos que haya una segunda edición en 2024 con más participantes que puedan disfrutarla.